POR DIANA SÁNCHEZ , FISIOTERAPEUTA, OSTEÓPATA Y PSICONEUROINMUNÓLOGA DE FISIONOVA
Escribo este texto durante una gran crisis sanitaria que está sufriendo el mundo entero en mayor o menor medida. No voy a entrar en política, no voy a criticar al sistema ni a la economía. Y tampoco voy a entrar en la gestión a nivel sanitario ni en las ayudas o no ayudas que profesionales como médicos o enfermeros/as están recibiendo. Esa no es la batalla de la que quiero hablar hoy.
Quiero hablar de la batalla que se lleva a cabo dentro de nuestro organismo y de cómo nuestro ejército innato o adquirido es o no capaz de combatir esas amenazas a las que nos exponemos constantemente. Sabéis de qué estoy hablando ¿verdad? A estas alturas todos hemos oído hablar del sistema inmune. Seguro que muchos, movidos por el miedo, habréis buscado información al respecto para saber cómo reforzarlo, para identificar si tenéis un sistema inmune fuerte o no, y qué nutrientes o suplementos son necesarios para una buena función. Es lógico. Estamos pasando una gran crisis que nos ha hecho buscar información por miedo a no poder soportarlo al ser más o menos vulnerables.
Muchos profesionales han dado información durante esta crisis sobre qué hacer para fortalecer el sistema inmune, que medidas tomar frente al posible contagio e incluso información sobre el propio virus en sí. Pero yo no vengo a hablaros en concreto de esta crisis, ni de este virus.
El sistema inmune es algo que todos deberíamos conocer y todos deberíamos cuidar SIEMPRE. Quizás esta pandemia nos ayude a ver de una vez que la salud es algo que se consigue día tras día y con esfuerzo. Si quiero un ejercito preparado para el ataque tengo que cuidarlo siempre y no solo cuando sufro por mi vida. Responsabilizarnos de nuestra salud es el primer paso para combatir de verdad esas amenazas. Y no dejar nuestra salud en manos del personal sanitario ya que, es una responsabilidad demasiado grande para que la cargue otro. Ellos están para ayudarnos con nuestras afecciones y cada uno de nosotros somos los encargados de intentar prevenirlas mediante el auto cuidado.
Si bien la finalidad es sobretodo la de aportar información que pueda ser de utilidad, no he podido evitar hacer una crítica a nivel social. Así que os traigo una explicación sobre qué es el sistema inmune, su funcionamiento y cómo cuidarlo o mantenerlo fuerte. Pero mi objetivo no va a ser que os volváis expertos en el tema ni mucho menos. Mi objetivo principal va a ser que entendáis la importancia que tiene cuidarse uno mismo y valorar y priorizar nuestra salud.
Empezamos, ¿Qué es el sistema inmune?
El sistema inmunitario es un conjunto de células, tejidos y órganos en los cuales se lleva a cabo una serie de procesos biológicos que tienen como objetivo proteger al organismo frente a virus, bacterias, parásitos, o cualquier tipo de amenaza, incluyendo también las internas como, por ejemplo, un tumor.
Constantemente nuestro cuerpo entra en contacto con virus y bacterias ya que se comunica de una forma muy directa con el medio externo mediante las mucosas (nariz, boca, ojos). A través de estas estructuras los organismos van a poder entrar e invadir nuestro cuerpo atravesando el epitelio respiratorio, epitelio intestinal, etc.Y se va a llevar a cabo un proceso determinado para rechazar y neutralizar todas esas amenazas, a veces, sin darnos ni cuenta.
Existen dos tipos de inmunidad: la inmunidad innata y la inmunidad adquirida.
La inmunidad innata es algo que tenemos desde que nacemos. Tiene un inicio inmediato al detectar la amenaza y responde mediante una inflamación. Pero detecta y neutraliza a enemigos comunes.
La inmunidad adquirida es algo que diseñamos con el paso del tiempo. Es capaz de adaptarse de una forma específica para generar una respuesta mucho más directa y combatir aquellas amenazas nuevas o modificadas. Además genera memoria, por lo tanto, la próxima vez que ese patógeno aparezca, la respuesta será aún más efectiva. En esto se basa el funcionamiento de las vacunas.
Ambas están directamente relacionadas y van a trabajar en conjunto para que la respuesta pueda llevarse a cabo.
¿Cómo funciona?
La inmunidad innata tiene como primera barrera de contacto, la piel, el revestimiento mucoso de los pulmones, aparato digestivo y sistema genitourinario.
Una vez se traspasa esa barrera, a través de unas células específicas se detecta al patógeno.
El patógeno tiene en su superficie una molécula (casi siempre proteína) llamada antígeno.
El antígeno es el componente principal que va a ser presentado a nuestro sistema inmune adquirido para que este pueda detectar si es o no una amenaza y así desencadenar una respuesta específica.
Se fabricará un ejército para poder luchar y del mismo modo se generarán células de memoria o anticuerpos. De este modo si vuelvo a entrar en contacto con ese patógeno la respuesta para combatirlo será más rápida y también más efectiva.
Algunos signos o síntomas
La fiebre es un aumento de la temperatura corporal que, en realidad, se genera en respuesta ante la infección para proteger al organismo. En caso de una infección vírica o bacteriana va a ser producida por nuestro sistema inmune. Y va a facilitar el combate frente a la amenaza haciendo todo el proceso más eficiente: mayor proliferación de células T, mejora la fagocitosis, etc. Pero existen otras muchas causas por las cuales el organismo puede llegar a generar fiebre.
La inflamación es otra de las respuestas que nuestro organismo genera frente a la amenaza. Facilitando la utilización de los recursos que dispone nuestro cuerpo para llevar a cabo el combate.
Ambas reacciones se producen como respuesta al ataque y, es importante entender que son procesos necesarios para resolver el problema. Es decir, la enfermedad no es la fiebre ni la inflamación. Por lo tanto, dejemos que sucedan.
Vacuna
Básicamente cuando se aplica una vacuna, lo que se hace es introducir al antígeno debilitado. La respuesta inmunitaria será lenta pero efectiva ya que el virus no será tan fuerte. De este modo crearemos ese ejército y esos anticuerpos y estaremos preparados para combatirlo si nos vemos expuestos en alguna otra ocasión.
Cabe decir que, los virus pueden modificarse o mutar y, en ese caso, el ejército que habremos generado ya no servirá para combatirlo. Esto explica porqué cada año hay una nueva vacuna contra la gripe.
Disfunción del sistema inmune
Evidentemente el sistema inmune envejece al igual que todas las células y tejidos de nuestro organismo. Por lo tanto es lógico pensar que el funcionamiento de este sistema va a ir variando. Estos cambios vienen dados de manera fisiológica y forman parte de un ciclo natural. Pero no son los únicos cambios que nuestro sistema inmune puede sufrir y, es que, nuestro estilo de vida va a modificar e interferir directamente en el funcionamiento de este sistema y el de otros.
Creo que esto que estoy diciendo no es nuevo para nadie. Está claro que la salud de nuestro organismo depende muy directamente del estilo de vida que llevamos. Y, en función de nuestros genes, estaremos más predispuestos o menos a padecer las consecuencias.
Un mal funcionamiento de este sistema puede traducirse en enfermedades intestinales como síndrome de colon irritable o celiaquía. También en disfunciones respiratorias como las alergias o el asma. Y también en la aparición de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus o la enfermedad de Hashimoto.
Evidentemente no podemos tener un control absoluto de nuestro sistema, pero sí que hay ciertos hábitos que nos van a ayudar a mantenerlo lo más sano posible.
En el intestino se encuentra la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario.
Mediante la alimentación introducimos constantemente patógenos que ese sistema inmune va a tener que identificar y, si es necesario, eliminar para no permitir su paso a nuestro torrente sanguíneo.
Por lo tanto, mantener una dieta saludable va a ser básico para mantener la salud de nuestro intestino y, en consecuencia de este sistema.
Así que, basar nuestra dieta en productos ultra procesados, azúcares, refrescos, etc. no nos va a ayudar en absoluto. Y comer bien es algo que está al alcance de TODO el mundo.
No voy a especificar demasiado, simplemente decir que basar nuestra alimentación en consumir frutas, verduras, pescado, huevos, carne de calidad e hidratarnos lo necesario, ya va a ser de mucha ayuda. Reducir los procesados al máximo sería lo ideal.
Y sí que hay ciertas vitaminas que destacan especialmente en la salud del sistema inmunitario como la Vit. A, Vit. C y la Vit. D. Esta última sobretodo en las enfermedades autoinmunes. Decir que si no hay un déficit de esa vitamina tampoco va a servir de mucho suplementarse con ella, ya que la gran mayoría de vitaminas no se almacenan en el organismo sino que se eliminan por la orina. Y tampoco sirve de nada tomar vitaminas si luego ingerimos, por ejemplo, ultra procesados. Por favor, utilicemos el sentido común.
Algunos medicamentos también juegan un papel importante en la integridad de este sistema como, por ejemplo, los antibióticos. La utilización de probióticos sería una buena forma de contrarrestar sus efectos y así, asegurarnos de mantener una buena flora bacteriana.
Otra de las cosas que podemos controlar como individuos es la práctica de ejercicio físico.
Realizar ejercicio de forma moderada nos va a ayudar a mantener un estado saludable del sistema inmune y va a enlentecer su envejecimiento. Si además realizamos esa práctica al aire libre los beneficios serán aún mayores.
También quiero hacer un apunte sobre la gestión del estrés. Frente a un estrés, nuestro organismo va a producir en mayor cantidad una hormona llamada Cortisol. Cuando esto ocurre, en nuestro cuerpo se llevan a cabo una serie de procesos biológicos y la actividad del sistema inmunitario disminuye.
Entonces, un estrés mantenido en el tiempo (crónico) va a estar directamente relacionado con un mal funcionamiento de nuestro sistema inmune. El deporte, la buena alimentación, un sueño reparador y tener contacto con la naturaleza nos ayudará a gestionar mejor el estrés.
Conclusión
Probablemente nada de lo que he explicado en este texto sea nuevo para muchos de vosotros/as. Hay mucha información sobre este tema y muchos profesionales aportan sus opiniones y fuentes para que pueda llegar a todo el mundo. Y yo me he querido sumar para haceros llegar el mismo mensaje ya que, a pesar de ser información que todos sabemos, seguimos teniendo dificultades para ponerlas en práctica ya sea por falta de voluntad, autoengaño, pereza, etc.
Los profesionales de la salud podemos ser extremadamente pesados con este tema. Y en ocasiones entre nosotros hay diferencias de opinión, pero las cosas básicas en cuanto a salud son las mismas para todos. A nadie le sorprende oír que, “hay que comer más fruta y verdura”, “hay que hacer más deporte”, “fumar es malo”, ¿verdad?.
Nunca es tarde para rectificar. Si cuando todo esto acabe aún seguimos aquí, la vida nos da la oportunidad de empezar de cero, de reflexionar sobre nuestro auto cuidado, de aprovechar nuestro tiempo, de disfrutar de aquello que nos hace felices y de prepararnos bien para la próxima batalla.
DIANA SÁNCHEZ – Fisioterapeuta, osteópata y psiconeuroinmunóloga
FISIONOVA FISIOTERAPIA VILANOVA
Jardí, 70 (Vilanova i la Geltrú)
938934820 – 616400804
d.sanchez@fisioterapiavilanova.cat
Bibliografía:
Ramiro-Puig E., Pérez-Cano F. J., Castellote C., Franch A., Castell M.. El intestino: pieza clave del sistema inmunitario. Rev. esp. enferm. dig. [Internet]. 2008 Ene [citado 2020 Abr 04] ; 100( 1 ): 29-34. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082008000100006&lng=es.
Laura J. Martin, MD, MPH, ABIM Board Certified in Internal Medicine and Hospice and Palliative Medicine, Atlanta, GA. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.
https://www.fitnessrevolucionario.com/2018/05/26/como-fortalecer-sistema-inmune/
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/004008.htm