Me resulta tremendamente sorprendente cuando me explicáis que la regla os duele. De verdad, tengo un problema de asimilación con esto, me cuesta de pasar. Puede que ayude el hecho de que a mí no me haya dolido nunca, claro. Pero no me puedo creer que en pleno siglo XXI, a la sociedad le parezca normal que todos los meses tengas en esos días un dolor tan intenso y limitante. Que la única solución que te dan sea tomar anticonceptivos (es decir, anular tu regla).
El dolor es una señal de alarma, una luz roja gigante que tu cuerpo enciende para que entiendas que algo está ocurriendo y que debes actuar. Esto ya lo he dicho otras veces, y no me cansaré de decirlo hasta que escuches a tu cuerpo, porque el pobre SIEMPRE avisa y no le hacemos caso. Debemos comprender que tener la regla es algo fisiológico y normal, y que no debería doler. ¡De verdad! No debería doler. Ya sé que esto te resultará difícil de creer si siempre has tenido dolor. Pero como cualquier otro proceso fisiológico, como hacer la digestión, defecar, o ovular, no duele, y si lo hace es porque hay algo que falla. Y si algo falla habrá que solucionarlo, no hacer callar a tu cuerpo anulándolo con anticonceptivos (los anticonceptivos funcionan anulando la ovulación, no se ovula y, por tanto, no se tiene la regla como tal sino un sangrado por deprivación). Dar anticonceptivos a una adolescente que tiene dolor de regla y dejar que pase años y años medicándose y anulando una de las maravillosas funciones del cuerpo femenino no debería ser la norma, y sin embargo parece que en nuestra sociedad es lo más normal del mundo.
¿Y qué debería hacer entonces si me duele la regla? Pues, en primer lugar, dejar de normalizarlo. ¿Que pasaría si cada vez que fueras al baño a defecar te doliera tanto que fueras incapaz de aguantarlo? Imagínatelo por un momento. Toda una vida defecando con dolor, tomando analgésicos para poder soportarlo. ¿Verdad que tendrías que ponerle remedio? Pues con la regla ocurre lo mismo. No podemos ignorarlo, ese es el primer paso. Y créeme si te digo que, con ese primer paso, ya estás haciendo mucho.
En segundo lugar, buscar ayuda profesional. Puede que el primer ginecólogo al que visites te prescriba anticonceptivos, si es así pasa de largo y busca otro médico que te sepa entender. El protocolo a seguir, según el caso en concreto, puede variar. Pero en términos generales deberían hacerte pruebas, descartar posibles patologías que te puedan estar generando ese dolor como la endometriosis, y recomendarte pautas que puedas hacer por tí misma y te ayuden a mejorar. Nosotros en nuestro centro podemos colaborar y mucho a este fin, y lo hacemos con fisioterapia de suelo pélvico, acupuntura, alimentación, osteopatía y psico-neuro-inmunologia (PNI).
Después de andar todo este camino, te aseguro que una reconciliación con tu cuerpo es posible. Puedes no tener síndrome premenstrual. Ni dolor. Pero eso sí, estate preparada, porque quizá la regla se presente uno de estos meses sin ni siquiera avisar… y ahí podrás ver con perspectiva lo mucho que ha cambiado tu vida.
¿Te ayudamos?
Esther Obenza – Fisioterapeuta especializada en acupuntura, dolor de espalda y suelo pélvico.
Fisionova Fisioterapia Vilanova
Jardí, 70 (Vilanova i la Geltrú, Barcelona)